Los padres colocan a sus hijos en andadores para entretenerlos, para mantenerlos ocupados, porque piensan que es un lugar seguro, porque creen que los ayuda a caminar con mayor rapidez y facilidad.
Sin embargo, los niños que utilizan andador retrasan su maduración para la deambulación, tienen dificultades para desarrollar el equilibrio, no gatean lo suficiente y caminan más tarde.
Los andadores son responsables de diversas lesiones. La mayoría de las lesiones graves se deben a caídas por las escaleras. Otros mecanismos de lesión son vuelcos o desplomes, atrapamiento de dedos y acceso a diversos peligros. Las heridas incluyen traumatismos craneoencefálicos, fracturas, quemaduras, lesiones dentales, laceraciones e intoxicaciones.
A pesar de ser usados bajo la supervisión de un adulto, la velocidad que pueden alcanzar los niños en los andadores es mayor que aquella a la que puede reaccionar el adulto, por lo que quedan expuestos a velocidades, distancias o alturas que no pueden manejar.
Pese a que la mayoría de los pediatras desaconseja su utilización, el porcentaje de uso de andadores en Argentina va desde el 40% hasta el 72%. Muchos niños que utilizaron andadores sufrieron lesiones que requirieron consultas, y un 47% de los niños que consultaron a la Guardia por lesiones relacionadas con andadores requirió internación.
La mayoría de los trabajos publicados coinciden en desaconsejar su uso por la ausencia de beneficios y el riesgo de lesiones. Canadá fue, en 2004, el primer país del mundo que prohibió la publicidad, venta e importación de andadores.
En los Estados Unidos, se fijaron normas de seguridad en la fabricación de andadores, que lograron una marcada disminución en el número de lesiones.
Medidas de prevención
La Sociedad Argentina de Pediatría desaconseja el uso de andadores. Como una primera etapa, se recomienda fomentar campañas educativas acerca del riesgo, para luego intentar una legislación adecuada.
Fuente: Comité Nacional de Prevención de Lesiones, Consenso sobre mobiliario infantil seguro. Arch Argent Pediatr 2016;114(2):182-188
Aclaración adicional:
Diversos productos que se utilizan habitualmente para el sostén, el transporte o el entretenimiento de niños pequeños pueden causar lesiones no intencionales. En algunos países, la fabricación y la venta de dichos productos están legisladas y reglamentadas, y es obligatorio que los productos que se fabrican y venden se encuentren homologados.
En Argentina, no hay leyes que regulen la calidad y seguridad de los productos destinados a los niños. Creemos que es una deuda pendiente brindar asesoramiento a las familias para que puedan conocer y elegir el mobiliario que se considera adecuado y seguro.
Los objetivos del consenso son los siguientes:
• Capacitar a los pediatras para asesorar a los padres sobre las características que debe tener el mobiliario infantil y su utilización segura.
• Elaborar material que facilite tal asesoramiento en la consulta y/o salas de espera.
• Intervenir en medios de comunicación masivos para asesorar a la comunidad.
• Solicitar al organismo estatal competente la elaboración de normas de calidad y seguridad.
Para desarrollar este consenso, se convocó a un panel de 24 expertos y se utilizó una adaptación del método Delphi. Este consiste en realizar rondas sucesivas de preguntas sobre cada tema e identificar coincidencias y desacuerdos. Se repreguntó a los expertos sobre los desacuerdos para intentar consensuar recomendaciones generales. Las conclusiones tienen, además, una sólida base bibliográfica.
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