Cuando una madre o un padre y su bebé interactúan, varios aspectos de su comportamiento se pueden sincronizar, incluyendo su mirada, emociones y ritmo cardíaco, pero poco se sabía acerca de si su actividad cerebral también se sincroniza, y cuáles podrían ser los efectos.
Las ondas cerebrales reflejan la actividad a nivel grupal de millones de neuronas y están involucradas en la transferencia de información entre regiones cerebrales. Estudios previos han demostrado que cuando dos adultos hablan entre sí, la comunicación es más exitosa si sus ondas cerebrales están en sincronía.
Los investigadores del Laboratorio Baby-LINC de la Universidad de Cambridge llevaron a cabo un estudio para explorar si los bebés también pueden sincronizar sus ondas cerebrales con los adultos y si el contacto visual podría influir en esto. Sus resultados se han publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.
El equipo examinó los patrones de ondas cerebrales de 36 bebés (17 en el primer experimento y 19 en el segundo) usando electroencefalografía (EEG), que mide los patrones de la actividad eléctrica del cerebro a través de electrodos incorporados a un casco usado por los participantes. Compararon la actividad cerebral de los bebés con la del adulto que le cantaba canciones de cuna al bebé.
En el primero de dos experimentos, el bebé vio un video de un adulto mientras cantaba rimas infantiles. Primero, el adulto, cuyos patrones de ondas cerebrales ya habían sido registrados, miraba directamente al bebé. Luego, giró la cabeza para evitar su mirada, mientras aún cantaba canciones de cuna. Finalmente, ella giró la cabeza, pero sus ojos miraron directamente al bebé.
Como se anticipó, los investigadores descubrieron que las ondas cerebrales de los bebés estaban más sincronizadas con las de los adultos cuando la mirada del adulto se cruzaba con la del bebé, en comparación con cuando se desviaba su mirada. Curiosamente, el mayor efecto sincronizador ocurrió cuando los adultos giraban la cabeza pero sus ojos miraban directamente al bebé. Los investigadores dicen que esto puede deberse a que esa mirada parece muy deliberada, y por lo tanto proporciona una señal más fuerte al bebé de que el adulto tiene la intención de comunicarse con el o ella.
En el segundo experimento, un adulto real reemplazó el video. Ella solo miró directamente al bebé o evitó su mirada mientras cantaba rimas infantiles. Esta vez, sin embargo, sus ondas cerebrales podrían ser monitoreadas en vivo para ver si sus patrones de ondas cerebrales estaban siendo influenciadas por el infante y a la inversa.
Esta vez, tanto los bebés como los adultos se sincronizaron más con la actividad cerebral de cada uno cuando se estableció un contacto visual mutuo. Esto ocurrió incluso cuando el adulto miraba hacia otro lado. Los investigadores dicen que esto muestra que la sincronización de ondas cerebrales no se debe simplemente a ver una cara o encontrar algo interesante, sino a compartir la intención de comunicarse.
Para medir la intención de los bebés de comunicarse, el investigador midió cuántas ‘vocalizaciones’ hicieron éstos al experimentador. Como se predijo, los bebés hicieron un mayor esfuerzo para comunicarse, haciendo más ‘vocalizaciones’, cuando el adulto hizo contacto visual directo, y los bebés individuales que hicieron vocalizaciones más largas también tuvieron sincronía de ondas cerebrales superiores con el adulto.
La Dra. Victoria Leong, autora principal del estudio, dijo: "Cuando el adulto y el bebé se miran, señalan su disponibilidad e intención de comunicarse entre sí. Encontramos que tanto el cerebro adulto como el infante responden a la señal de la mirada cada vez más en sincronía con el otro. Este mecanismo podría preparar a los padres y bebés para comunicarse, sincronizando cuándo hablar y cuándo escuchar, lo que también haría el aprendizaje más efectivo."
El Dr. Sam Wass, último autor del estudio, dijo: "No sabemos qué es lo que causa la sincronía de la actividad. ¡Ciertamente no afirmamos haber descubierto la telepatía! En este estudio, estábamos viendo si los bebés pueden sincronizar sus cerebros con otra persona, al igual que los adultos. Y también estábamos tratando de descubrir qué es lo que da origen a la sincronía.
Nuestros hallazgos sugieren que la mirada y las vocalizaciones pueden, de alguna manera, jugar un papel. Pero la sincronía cerebral que estábamos observando estaba en escalas de tiempo tan altas (de tres a nueve oscilaciones por segundo) que todavía tenemos que descubrir cómo exactamente la mirada y las vocalizaciones lo crean."
[ Estudio original: Leong, V et al. Speaker gaze increases infant-adult connectivity. PNAS, 2017 DOI:10.1101/108878 ]
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